Homilía en la ordenación sacerdotal de Misael Amparo y Gerson Nuñez.
Catedral Santa Ana, 30 julio 2022
Saludos generales:
Felicitamos a los padres Pablo Serrano, Ezequiel Martinez, José Luis Rodríguez y Carmelo Mendez en el sexto aniversario de su ordenación sacerdotal.
Estimados Gerson y Misael, comparto con ustedes la alegría del sacerdocio. Para mi vida episcopal su sacerdocio tendrá un significado especial, porque ustedes son los dos primeros sacerdotes ordenados en mi ministerio episcopal. Ambos proceden, al igual que un servidor, de la Parroquia San Miguel Arcángel de Las Gordas de Nagua. Conozco sus familias, su historia y sobre todo su entrega a Dios.
Ustedes son ordenados bajo el pontificado de Francisco, el papa que el Espíritu Santo ha elegido para mostrar la luz de la verdad al mundo, El papa escogido por El Buen Pastor, para animar y promover la reforma de la iglesia de las nuevas playas; la iglesia transformada por el Evangelio, la iglesia que quiso Jesús, la iglesia del futuro.
Por estas razones quiero centrar mi reflexión, tomando como referencia cinco de las tantas enseñanzas de nuestro papa Francisco.
Primera: El clericalismo.
“Estén atentos a no caer en el clericalismo, el clericalismo es una perversión. El ministro que asume una actitud clericalista ha tomado un camino equivocado, y peor aún son los laicos clericalizados.
Queridos Misael y Gerson, ustedes serán ordenados para trabajar en equipo con los fieles, por lo que trabajar con ellos y para ellos es parte de su misión. Denle a ellos participación activa en todas las actividades comunitarias. No pretendan ser los sabelotodo ni los sacerdotes que tocan los instrumentos y dirigen la orquesta. Recuerden que la comunidad crece en la medida que a los laicos comprometidos se les da participación.
No son ordenados para ser ingenieros, arquitectos, empleados del Ministerio de Educación, políticos partidistas, pues para tales actividades hay laicos que lo hacen mejor que nosotros. Ustedes son ordenados sacerdotes, servidores del Reino, administradores de la gracia de Dios en los sacramentos.
Sean en todo momento Sacerdotes, imitando siempre al buen pastor, que cuida con ternura a sus ovejas. En palabras del papa Francisco tener olor a ovejas. Es mezclarse con la realidad de cada persona, ser parte de su historia de salvación, no un simple observador, sino un pastor vivo que siente y padece con las ovejas, que les importan los problemas existenciales y de la fe de ellas. Pero también ser el pastor que sabe ponerse delante, en el medio y detrás de las ovejas.
Segunda: La nostalgia por el pasado.
“Las tentaciones de quedarnos son muchas, la tentación de la nostalgia que nos hace pensar que otros fueron los tiempos mejores. Por favor, no caigamos en la tentación de “retroceder”, que hoy está de moda en la Iglesia”.
Ustedes son jóvenes, sin embargo se percibe en muchos seminaristas y sacerdotes jóvenes a nivel mundial, la tendencia de mirar al pasado, atraídos por algunos sacerdotes mayores, que consideran que el rito tradicional es más elegante, más espiritual e incluso algunos se han atrevido a afirmar que es el rito de la verdadera Iglesia de Cristo.
Ya el papa Francisco ha dado las orientaciones de lugar en su última carta apostólica Desiderio Desideravi. Al respecto no voy a opinar y sólo me basta con recomendarles, que si no lo han hecho, presten alta atención a lo allí dicho. Pero no sólo en la liturgia vemos esa tendencia al pasado, sino también en las respuestas pastorales que estamos dando a los desafíos del hoy. En muchas ocasiones nos aferramos a dar respuesta al presente con propuestas del pasado.
Añoramos la firmeza con la que nuestros antepasados respondieron a su época, sin embargo hoy debemos responder con la apertura, el diálogo, la fe y la razón al gran desafío de la post verdad, a la persecución de los valores religiosos escondidos en las llamadas ideologías de género.
Les pido vivir con gozo incesante su sacerdocio, porque en esta misma medida serán capaces de responder a los desafíos de hoy. Sólo un sacerdote santo es capaz de transmitir la fuerza transformadora del evangelio.
Tercera: soñar junto al papa Francisco la iglesia del futuro.
“Una Iglesia sin cadenas ni muros, en la que todos puedan sentirse acogidos y acompañados, en la que se cultive el arte de la escucha, el diálogo, la participación, bajo la sola autoridad del Espíritu Santo. Una Iglesia libre y humilde, que «se levanta pronto», que no se detiene, que no demora los desafíos de hoy, que no se detiene en los recintos sagrados, sino que se deja animar por la pasión por el anuncio del Evangelio y la deseo de llegar a todos y acoger a todos”
El pastor está para guiar las ovejas hacia el rebaño del Padre, es un pastor dispuesto a cambiar la ruta del camino si ve que sus ovejas pueden correr el peligro de desviarse por caminos tortuosos y peligrosos para su existencia.
El pastor de la iglesia soñada por el Papa Francisco es el que sale en busca de las ovejas que dejan el redil, que no le es indiferente que son cada día más, fieles católicos que abandonan el redil de la Iglesia, a él le preocupa y sale a tiempo y a destiempo a buscarlas.
Cuarta: Vivir los valores del evangelio alejándose de la mundanidad
«La mundanidad de andar buscando la propia gloria, que nos roba la presencia de Jesús humilde y humillado, Señor cercano a todos, Cristo doloroso con todos los que sufren, adorado por nuestro pueblo que sabe quiénes son sus verdaderos amigos. Un sacerdote mundano, dice el papa, no es otra cosa que un pagano clericalizado»
Nuestra Iglesia necesita sacerdotes que vivan la caridad pastoral como la forma de mostrar la misericordia de Dios Padre. Mientras el mundo nos quiere inculcar que ya los pobres no hay que ayudarlos a salir de la pobreza, porque es algo estructural, ustedes son consagrados para estar al servicio de ellos, porque son ellos, los pobres, los que les muestran el verdadero rostro de Cristo.
Que nunca salga de sus labios palabras ofensivas, de rechazo a los que acuden en busca de su ayuda.
Los valores del Evangelio son su norte, No se dejen llevar de la atracción del lujo, de los bienes materiales y de las modas.
Quinta: alejarse del activismo y buscar la fuerza de la oración contemplativa.
Ese rostro de Jesús lo verán también, de manera muy particular en la oración contemplativa. Ésta es el remedio contra el activismo, la dispersión mental y pastoral. Mantengan su vida de oración. En el seminario estaban motivados a la misma por la vida propia del seminario, ahora ya no lo estarán, en las madrugadas no sonarán las campanas para llamarlos a la oración, a partir de hoy, las campanas guardarán silencio para que escuchen por si mismos el llamado del Señor a acercarse a El y contemplarlo.
El buen pastor dedica tiempo para descansar, porque es largo el camino que tiene que recorrer con los suyos. Pero es el mismo descanso que le da la fuerza para seguir caminando.
Finalmente escucharán de mis labios las palabras.
“Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”.
Sus vidas deben ser ofrendas agradables a Dios Padre. Su celibato como un culto del sacrificio de la cruz. Su sacerdocio será fecundo en la medida que asuman la cruz de Cristo como la ofrenda que sube al cielo acompañada del perfume de la castidad. Para que esto sea una realidad deben estar siempre prestos a decir No a lo que Dios no quiere, no dejar puertas abiertas en su corazón y en sus mentes para que no entre en sus vidas la mundanidad del relativismo espiritual que tantas vidas consagradas está marchitando y apagando lentamente.
Gerson y Misael, el Señor les dice, al igual que a Jeremías, “No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte”, “mira que yo pongo mis palabras en tu boca”
Ánimo cuenten con la ayuda de un servidor, de sus hermanos sacerdotes y de todo este hermoso pueblo de Dios, Iglesia que se pone en camino. Caminemos juntos¡